TRAS LA VERDAD
El Presidente Enrique Peña Nieto, se comportó como jefe de estado ante la visita del candidato Republicano de los Estaos Unidos, Donald Trumpo y no como un pendenciero. La oposición, en su mediocre papel, rechazó la visita.
Enrique Peña Nieto, en su breve discurso comentó que “el Gobierno de México muestra absoluto respeto por el proceso electoral de Estados Unidos”. También dijo que en el encuentro abordaron la relevancia que tiene la relación entre ambos países, y lo importante que es la alianza estratégica entre las dos naciones. Aseguró que “la comunidad de origen mexicano en los Estados Unidos contribuye todos los días con su trabajo, talento y creatividad a la prosperidad y el desarrollo de Estados Unidos y de México”.
Al momento de su discurso el Presidente volteaba a ver a la cara al candidato para decirle: “Los mexicanos en Estados Unidos son gente honesta y trabajadora; son personas de bien, que respetan a la familia, que respetan la vida en comunidad y que respetan la ley”. “Como tal, los mexicanos merecen el respeto de todos”. El mensaje iba dirigido al mismo Trump, sin titubeos. También resaltó: “mi prioridad como Presidente de México, y la de mi Gobierno, es proteger a los mexicanos donde quiera que ellos se encuentren. Esa es mi responsabilidad y la seguiré cumpliendo con total entrega”.
El Presidente Peña Nieto comentó que hizo notar al candidato Trump “que había habido malinterpretaciones o afirmaciones que lamentablemente habían lastimado y afectado a los mexicanos”. También añadió: “que el pueblo de México se había sentido agraviado por comentarios que se habían formulado, pero que estaba seguro que su interés genuino es por construir una relación que nos lleve a darle a nuestras sociedades condiciones de mayor bienestar”.
Para finalizar, Enrique Peña Nieto, a seguir trabajando “para solidificar la relación entre México y Estados Unidos, con base en el respeto mutuo, la confianza y la atención conjunta de los desafíos que nos son comunes”, y reiteró su decisión de sostener un diálogo constructivo, pues “el diálogo es el camino porque acerca a quienes piensan distinto; el diálogo es el camino, porque permite lograr un mayor entendimiento”.
Por su parte el agresivo e irreverente candidato modificó radicalmente su discurso. Ai antes habló que rescindiría el Tratado de Libre Comercio con los EUA, ahora dijo que buscaría su modificación para que hubiese reciprocidad. Que ambos países deben luchar por combatir la delincuencia organizada, la venta y traslado de armas a México y la ilegal introducción de millones de dólares que utiliza la delincuencia. Que si bien insistió en la construcción de muro entre ambas naciones, no dijo que México pagara ese muro.
En síntesis, el candidato mostró otro discurso, otro rostro a mexicanos muy distinto al que ofrece en su campaña en los EUA. Claro que las críticas aún y con este “cambio de discurso”, continuaron, muchos afirman que era para aumentar su popularidad en la comunidad latina en aquel país. El pendenciero presidente del PAN, como vil “político callejero”, iracundo dijo que no debió haber recibido el Presidente de la República al candidato Trump, por la serie de ofensas que ha proferido a los mexicanos. La líder perredista como que no sabe bien a bien que debía decir, sin embargo –mucho más mesurada- simplemente dijo que no estaba de acuerdo con la visita.
Enrique Peña Nieto, debió y se comportó con un jefe de estado ante la presencia de uno de los candidatos que podría llegar a ocupar la silla presidencial de los EUA, presidente del país con quien México sostiene relaciones comerciales por miles de millones de dólares, país en el que se albergan alrededor de 12 millones de mexicanos, con quien comparte una de las fronteras más grandes del mundo.
El Presidente de la República, no podía de manera alguna comportarse como el agresivo pendenciero de Ricardo Anaya, que no tiene ni la menor idea de las relaciones internacionales. Si Donald Trump llegase a ganar la presidencia de los EUA –esperemos que no- con este señor habría que mantener las relaciones diplomáticas entre ambas naciones; así de sencillo es el asunto. Al presidente del PAN seguramente se le olvidó aquella frase memorable de Don Benito Juárez García: “El respeto entre los individuos, como entre las naciones, es la paz”.