Desde tiempos de Hipócrates, en diferentes culturas los caballos han sido ocupados con fines terapéuticos. Hoy, en México y el mundo se ha extendido el movimiento conocido como equinoterapia que, a grandes rasgos, busca que las personas obtengan beneficios para su salud al interactuar con los equinos a través de diversas técnicas. Aún hay pocos estudios con evidencia científica en áreas del lenguaje que han demostrado, de manera sistemática, que esta terapia en sí es la ayuda al cambio de las personas que recurren a ella.
Por esta razón, la Dra. Donna Jackoson Maldonado, investigadora de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), se propuso profundizar los efectos de la equinoterapia sobre el lenguaje a partir de un estudio.
“Hay mucha información sobre equinoterapia que se transmite de persona a persona, pero poca información con evidencia científica. Quienes la practican aseguran que es una maravilla, pero es necesario documentar científicamente lo que sucede antes y después”, expresó la investigadora.
La Dra. Jackson Maldonado está adscrita a la Facultad de Lenguas y Letras y actualmente lidera el proyecto denominado “Evaluación e intervención de procesos cognitivos y lingüísticos en niños con trastornos del lenguaje. Métodos convencionales y equinoterapia”, por medio del cual realiza diversas pruebas para recabar información, comparar y sustentar la efectividad de estos tratamientos.
Explicó que esta iniciativa tiene dos fases: la primera, en curso, la lleva a cabo con 10 niños con Síndrome de Down y en la segunda atenderá a dos niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA), todos entre cuatro y seis años. El propósito de los estudios es observar los avances que tiene su lenguaje, a partir de acudir a sus terapias del lenguaje tradicionales y después a la equinoterapia.
Respecto a ésta última explicó que “hay criterios que ayudan tal como: el calor del caballo, los impulso rítmicos por minuto, el movimiento que -en parte- asemeja el movimiento locomotor de los humanos y la atención, es decir, el hecho de que los niños están sobre el caballo y tienen control, algunos de estos niños no tienen el control suficiente sobre sus actividades diarias porque tienen dificultades motoras, del lenguaje o discapacidad intelectual. La equinoterapia fomenta la motricidad, la atención, el equilibrio, el control y la disciplina”.
La Dra. Jackson Maldonado destacó que este proyecto, además de ser una aportación a la ciencia, también le ha dado la oportunidad de acercar su conocimiento respecto al lenguaje a las personas con las que ha tenido contacto directo y que requieren de este esfuerzo. De igual forma, es una oportunidad de formación para los estudiantes de las facultades de Lenguas y Letras, Psicología, Contaduría y Administración y Enfermería que participan como voluntarios. Además han colaborado personas de otras disciplinas, incluyendo ingenieros aeronáuticos.
La profesora tiene una amplia trayectoria de estudio sobre la adquisición del lenguaje. El trabajo que actualmente desarrolla es financiado por el Fondo para el Fortalecimiento de la Investigación de la UAQ y cuenta con el respaldo del Comité de Bioética de la institución. Son sedes de las terapias los centros de equinoterapia Pasos Gigantes en Valle Verde, dirigido por Lauren Evans y Fernanda Ruiz, y Rancho Gran Chaparral en Santa Catarina, a cargo de Georgina Pérez. Al concluir este proceso la Dra. Jackson Maldonado dará a conocer los resultados en publicaciones y presentaciones en congresos.