En relación al preocupante incidente ocurrido en la Secundaria Técnica No. 14 de Loma Bonita, en el municipio de Querétaro, la postura de la Unidad de Servicios para la Educación Básica en el Estado de Querétaro (USEBEQ) deja mucho que desear.
La rápida respuesta ante el desvanecimiento de 20 estudiantes es encomiable, al atenderlos de acuerdo con el protocolo y solicitar asistencia médica de emergencia. Sin embargo, el comunicado emitido por la autoridad educativa presenta una serie de omisiones preocupantes.
En primer lugar, se destaca la falta de claridad respecto a la causa de la presunta intoxicación o bien la otra versión que se maneja una aparente crisis colectiva. Solicitar a los padres y madres de familia realizar exámenes médicos de laboratorio puede ser un paso en la dirección correcta, pero la USEBEQ debería asumir la responsabilidad de investigar a fondo y brindar una explicación detallada a la comunidad escolar ya la sociedad en general. La opacidad en este asunto solo genera incertidumbre y desconfianza.
Además, resulta insuficiente que la USEBEQ mencione que su “interés y prioridad” son los niños y adolescentes. Es evidente que esa es su obligación fundamental, por lo que no debería ser necesario recordarlo. Lo que realmente importa es la acción concreta y efectiva para garantizar la seguridad y el bienestar de los estudiantes.
En este sentido, es decepcionante que la autoridad educativa se limite a afirmar que seguirá trabajando para encontrar las causas y tomar decisiones en el ámbito educativo. Es necesario que se implementen medidas preventivas y correctivas de manera inmediata, así como que se realicen revisiones exhaustivas de los protocolos de seguridad y la calidad del entorno educativo.
Este incidente no puede ser tratado como un mero evento aislado. Es un llamado urgente a reflexionar sobre las condiciones en las que se desarrolla la educación en nuestro país ya exigir responsabilidad y rendición de cuentas por parte de las autoridades educativas.